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Vivir teatro

El auditorio bullicioso la espía entre bambalinas. Minutos de mariposas en la panza le laten esa entrañable emoción de sentirse “el Teatro y ella”, esa conjunción que le anida en el alma cuando hace sonar sus castañuelas y sus  preciosos zapatos con presillas ya no le permiten quedarse quieta, más allá del público, y aun ahora, en el silencio tieso de la sala vacía.

En este instante, entre el escenario y una butaca, cuando ese ojito visor la hace ver por el rabillo del ojo metiéndose en el que esta sobre las tablas y a la vez, observar las expresiones del público, hay un barbecho de sentimientos, esa energía de tanto esfuerzo, tanto ensayo, tanto vestuario, horas y horas de sacrificio y perseverancia. Como aquellas horas de la infancia cuando su familia la llevara a “vivir teatros”.

“Vivir teatros” desde la magia de ser espectadora, desde su baile colorido que emociona, o desde la conducción junto a una comisión de hierro que van pa’lante.

Esta pasión española tiene en Pehuajo una Historia para contar: 22 de Julio de 1889, los españoles residentes en Pehuajo crean su sociedad. Se reúnen en el hotel de los señores Elespe y Morron, por iniciativa de Don Eustaquio Diaz, con el fin de formar la Sociedad Española de Socorros Mutuos en Pehuajo.

Fueron en principio siete miembros, Eustaquio Diaz, Isidoro González, Manuel Coto, Ramón Morilla, Miguel Gurpide, Juan Pascual y Miguel Guri. A partir del primer día de octubre comenzaría a regir, la cuota de ingreso debería ser de $4 y de $1, por mes.

Deberían realizar un borrador de reglamento que sería aprobado en asamblea general. El 3 de noviembre se aprueba el reglamento y se conforma la comisión definitiva; Doroteo Olavarría, Emilio Alvarado, Sandalio Fernández, Juan Pascual, Miguel Gurpide, Rufino Elespe, Manuel Rivadavia y Francisco Otarelo.

En una asamblea extraordinaria del 7 de diciembre de 1903 se aprueba la escrituración de unos terrenos que suman 937 m2, unidos por sus fondos, uno con frente a la calle Lafinur (hoy Alsina) y otro son frente a la calle Mármol (Irigoyen actualmente).

El 18 de enero de 1906 se celebra un contrato para el inicio de la construcción sobre dichos terrenos de la sede y la sala teatral.  Don Bonifacio Constantino fue el albañil que iniciara las obras, para ser continuadas por la firma Angelini hermanos, con la dirección del arquitecto esteban Jauregui.

 Escribió mi abuelo Tomas que Cristina Mansilla, en la Revista del Centenario de Pehuajó, ha mencionado algunos de los que intervinieron en la construcción del Teatro; Francisco Estela, realizando la primera parte de la carpintería; Peyrot y Copello, construyendo pisos, palco escénico y armazón del cieloraso; Jose Gioffre instalando la electricidad, Galeotti hermanos construyendo las escaleras y la marmolería; Jaeguer y Fabre ejecutando el cemento armado y Octavio Schmith Cia, la yesería y los revestimientos.

Cuando ella lo mira desde la butaca esa sensación de bienestar, esa adrenalina de irse involucrando con el personaje, se hace presente una vez más. Sensaciones y sentimientos de una mujer que ha sido, desde aquella espectadora infantil, pasando por el baile y en este momento ejerciendo su conducción, una enamorada del teatro.

Esta mujer es Patria Rossi, la señorita Patri del San José, la profesora de baile, la que agradece, como el puñado de personas que dejan su tiempo y corazón en cada paso desde una comisión, cada aporte. Cada aporte que es una gota de agua pero suma para que este hermosísimo teatro pueda nuevamente abrir su telón y volverlo a hacer ante el aplauso fervoroso de un público emocionado.

El Teatro aún permanece cerrado, porque tantos granitos de arena por ahora no fueron suficientes. Aunque queda  la esperanza de un esfuerzo por parte de unión de voluntades entre los gobiernos provincial y municipal para poner en pie este valor incalculable que tiene esta Institución para nuestra ciudad, para todos aquellos que lo quieran disfrutar.

Esta comisión es un tesoro que conserva aquella semilla que plantaron los residentes en Pehuajó en 1889; que velan por este “Patrimonio Histórico Provincial”, por este “Patrimonio Cultural de la ciudad de Pehuajó” que junto a Patri sueñan con un teatro abierto al que cualquiera pueda disfrutar. Son un grupo de personas que asumen cada día un enorme compromiso porque están convencidos de que más allá de ir “desarmando obstáculos” este Teatro tiene un valor indescriptible para la cultura de nuestra ciudad.

Patricia entra al Teatro y le habla, como quien le habla a quien pueda responder y es que este silencio inmóvil grita también sus recuerdos de una vida plena.

En este Teatro hubo infinidades de espectáculos, hasta boxeo y en los últimos 50 años piso este escenario en dos oportunidades (1918-1921)”el Zorzal Criollo” Carlos Gardel y tuvimos el placer además de disfrutar de La Camerata Bariloche en 1980, siendo estos espectáculos maravillosos recuerdos imborrables como así tantos otros.

¡¡Que tengamos un “Teatro Vivo” Teatro otra vez!!

Que  vuelva a abrazarse con su público este teatro!!!Teatro Español de Pehuajó, Pago Hernandiano. Jor

 

 

 

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