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El PRO mantiene su núcleo “duro” de votantes y aventajó a un radicalismo dividido

La interna de Juntos era el “plato” sustancial de las PASO 2021 en el distrito de Pehuajó. La participación de tres listas dentro de un mismo espacio generó, tal vez, en la previa uno de los puntos de mayor análisis, en una campaña donde no hubo definiciones de profundidad.

Buscar no confrontar, sabiendo que después de las 18:00 del domingo debían “unirse”, para elaborar una línea que enfrente en noviembre al oficialismo.

Otra de las aristas era saber que porcentual de votos iba a obtener cada espacio político. Para Juntos, y para la línea más “dura” del votante PRO, las PASO en general y en Pehuajó en particular fueron “redondas”.

Sin acuerdo previo entre radicalismo y los demás espacios que componen Juntos, la interna cayó por decantación como sucedió en las últimas dos elecciones. Pero esta vez, fueron tres las boletas que se presentaron.

La que encabezaba Gimena Alessi, que tuvo la venía de la Senadora Provincial Felicitas Beccar Varela que “apuntalaron” el diputado Fernando Rovello, y que tuvo en los últimos días una activa participación de quien fuera candidato a Intendente Juan Miguel Cumba.

La del radicalismo “puro” cuya figura en primer lugar era Graciela Agostinelli, secundada por Claudio Fadón, quien hacía cuatro años, había dado el “batacazo” en la interna y en la general.

Y una tercera lista que nació desde la disidencia de representantes de la UCR, como Juliana Sanz y Andrea Lluch, que no aceptaron la conformación de la lista que representaba al Comité. A este espacio se sumaron dirigentes del Peronismo Federal y CC, entre otros.

PRO

Desde hace cuatro años, desde el 2017, cuando el Frente (Juntos por el Cambio, Cambiemos, ahora Juntos) dirime en internas a sus representantes en el distrito de Pehuajó, el PRO ha mantenido su núcleo “duro” de votantes.  Los datos muestran que ese “piso” es 4500 votos. Y desde ahí comienza a sostenerse. Enfrente el radicalismo, con su estructura histórica en esta ocasión se fragmentó, y a diferencia de lo que sucedió hace cuatro años “pagó” las consecuencias en las urnas.

Con el resultado consumado, quedó claro que hubo dirigentes que leyeron a Nicolás Maquiavelo, en su libro “El Príncipe” para llevar adelante una de sus premisas: “Divide y reinaras”.

Votos

El repaso de los datos es clave. Hace 4 años, en las legislativas del 2017, el PRO y aliados políticos, llegó a los 4602 sufragios. El domingo 4569. Hace dos años, para elecciones a Intendente, en la interna alcanzó los 7795 (Cumba), contra 2476 del radicalismo (Goldenberg). La precisión de los “números” muestra claramente el “piso” del PRO, el de la UCR, y una tercera opción de votantes, dentro del espacio que se podría denominar fluctuante.

Legislativas

Tomando como parámetro para este análisis solo las elecciones legislativas de 2017 y 2021, el PRO osciló en sus 4500 votos; la diferencia fue la conformación del radicalismo. Mientras en el 2017, llegó a los 5445 votos, en la actualidad fue de 3945 sufragios. 1500 votos menos. ¿Cuántos sumó Juliana Sanz y su lista? 2321. Otra pregunta sería, cuántos de esos votos podrían haber sido “radicales”, y cuántos de quienes “llegaron” de otros espacios para conformar la lista.

Sí esta claro, que la fragmentación afectó a la lista oficial de la U.C.R que terminó perdiendo por 624 votos. Si hipotéticamente hubiera retenido los 1500 (diferencia entre 2017 y actualidad) le hubiera alcanzado para sacar una diferencia similar a la de hace cuatro años.

La paridad con la que iban dándose a conocer la mesas “entregó” una cuota de incertidumbre a la elección que desde temprano marcó la diferencia de Juntos sobre el Frente de Todos.

Con el resultado consumado, quedó claro que hubo dirigentes que leyeron a Nicolás Maquiavelo, en su libro “El Príncipe” para llevar adelante una de sus premisas: “Divide y reinaras”.

 

 

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