Fue punto de encuentros; hoy es sinónimo de desidia y abandono
“¿Te acordas del C.I.P?” me disparo vía mensaje de texto un amigo, y antes de la respuesta llegó una secuencia de fotos, que no hicieron falta ponerle palabras a su consulta. Imágenes que compartimos y que muestran como en casi 60 años, la escenografía de un complejo que albergaba a decenas de cientos de familias se transformó en un cúmulo de escombros y gratos recuerdos de la nostalgia que chocan con una realidad que duele.
El paso del tiempo, pero seguramente distintas acciones (que no es el propósito de este artículo mencionar o recabar, sino solo mostrar) hicieron que un punto de encuentros se haya transformado en un sinónimo de desidia y abandono.
El Centro Infantil Parroquial (CIP) anclado en la Quinta Santa Catalina, creció desde la década del 60 de manera ininterrumpida. Piletas, cancha de vóley, básquet, fútbol y las más diversas actividades tuvieron su encuentro durante años. Pero como creció, cayó.
En otro sector del predio, el automovilismo local albergó decenas de competencias; pero de “golpe” el abandono comenzó a ganarle a las risas, los juegos, las reuniones, y los escombros sepultaron un tiempo donde la familia pehuajense construyó sus recuerdos como reza Serú Girán, al ritmo de “La fiebre de un sábado azul, Y un domingo sin tristezas…”
Aporte e imágenes: Nico Pérez y Felix Pereylongue
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