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Imagen ilustrativa. Show de Luciano Pereyra en Pehuajó. 2015

Imagen ilustrativa. Show de Luciano Pereyra en Pehuajó. 2015

Por estos días y después de un año de silencio, la vuelta de la música y el arte en vivo empieza a tomar forma, mediante diversas propuestas: Este sábado 4 y domingo 5 de abril el grupo de danzas “Sembrando Patria”, festejará sus 10 años con una peña en el Parque General San Martin, después de 240 días de inactividad y más de un año sin presentaciones en vivo. El 10 de abril vuelve la actividad musical al Parque general San Martin, y eso es una buena noticia: “Che Rock” es un festival autogestivo de las 4 bandas que tocarán esa noche. Esas son las buenas noticias, sin dudas, pero luego de las buenas noticias, viene el, pero… y son varios los (peros) que se desprenden en estos tiempos de pandemia y arte. El factor más importante sin dudas, es el costo para el armado de una presentación, show, recital o festival que han ascendido a niveles muy difícil de sobrellevar.

Con el corrimiento del estado en sostener este tipo de manifestaciones culturales la autogestión se pone en el centro de la escena y parece ser el único camino.

Este sábado 4 y domingo 5 de abril el grupo de danzas “Sembrando Patria”, festejará sus 10 años con una peña en el Parque General San Martin, después de 240 días de inactividad y más de un año sin presentaciones en vivo.

¿Qué se necesita para un evento en vivo?

Ante la organización de un evento, los artistas en lo primero que pensamos es en el sonido que hoy rondan de los 25 a 30 mil pesos (equipamiento para un show al aire libre. sonido e iluminación). Condición sine qua non para que un show se luzca es asegurar un buen sonido e iluminación. También podríamos sumar pantallas, pero el costo se duplicaría, en algunos casos.

Otro limitante que asoma es el valor de la entrada, que no puede superar los $300, dado el contexto de crisis, más que nada pensando en los gastos de una familia al momento de asistir a un espectáculo. Tampoco se puede “matar” al espectador y poner un valor de la entrada que se torne inaccesible.

El sendero de buscar publicidad para sostener una presentación artística , parece ser bueno, hasta que uno se encuentra con el mismo contexto y con la actividad comercial totalmente castigada en su economía.

A esto hay que sumarle la disponibilidad de seguridad en el predio, limpieza, asistentes de escenario, personal en entradas y organización del público y cantina; más de 20 personas seguramente.

Un festival y más al aire libre tiene muchas aristas a tener muy en cuenta y hay que planificar para asegurar que salga bien.

Recitales en lugares privados

Si elegimos algunos de los lugares privados para tocar (cervecerías, bares, pubs), en la ciudad o fuera de ella, el único camino que parece viable y con mucha suerte, es que el local se haga cargo del sonido y los músicos “vendan las entradas a su público”. En los viejos tiempos se le decía “vas por las entradas o a porcentaje”. Esta manera quita todo riesgo al que “contrata” el show y lo desplaza hacia los músicos, que, si no venden, no tocan o tocan gratis. La gratuidad de un show, es otra cosa muy discutible, que será tema de otra columna.

Lo concreto es que, volviendo al castigado sector comercial, lo primero que manifiestan los dueños de los bares y pubs es: “no estamos en condiciones de pagar un show”, o sea no ofrecen cachet fijo (ni móvil). Lo que se plantea nuevamente y quizás se pueda comparar, en algún punto, con la situación post Cromañón, donde los lugares para tocar eran muy pocos, contados con la mano, se volvió a un aprovechamiento del trabajo de los músicos, en muchos casos, (precarización laboral si lo queremos llamar así), donde había que pagar para tocar.

Panorama

Lo cierto es que el mundo “under” siempre encontró el espacio para expresarse, artistas callejeros, centros culturales o colectivos de artistas, pero en época de pandemia y restricciones debemos sumarle los costos actuales, requerimientos y controles de salud e inspectoría de los protocolos que hacen avizorar un panorama complejo al menos.

El sistema de subsidios y ayudas no ha llegado aún a ser visible en la organización de eventos, el estado no ha tomado las riendas y en cuestiones presupuestarias las direcciones de cultura están diezmadas.

La autogestión es la herramienta que siempre ha tenido el músico y artista independiente para llevar a cabo sus manifestaciones artísticas, pero el tema de auto gestionarse no debería confundirse con usar a los artistas para “atraer al público” relegando condiciones.

Rol del público:

Sin dudas es un rol muy importante, como siempre lo ha sido, pero hoy más que nunca el rol es estar, aplaudir y apoyar cada manifestación artística como uno pueda. Primero porque el arte es necesario para todos, necesitamos cuidarnos, pero también salir a escuchar música, disfrutar de la danza o ver una obra de teatro. Segundo porque toda organización en esta era es más difícil y cuesta arriba.

Todos desde nuestro lugar podemos colaborar asistiendo a los eventos, compartiendo en redes los flyer y publicaciones, adquiriendo un disco, suscribiendo los canales de YouTube, escuchando música en plataformas digitales. 

 

Agenda cultural:

Lo complejo del panorama artístico no debe nublar lo importante y que queremos destacar:

*Sábado 3 y Domingo 4 de abril: “Sembrando patria festeja sus 10 años” – Anfiteatro del parque General San Martin – 19:30hs

*Sábado 3 de abril: “Julieta Passols”, “Nevlina Rock” y “La insoportable” – Yerar Bosque – a partir de las 14:00hs

*Sábado 10 de abril: “Che Rock” – con 4 bandas en una noche – Anfiteatro del parque General San Martin – 20hs

 

 

Nestor Javier Correa (@nestorjaviercorrea) es músico, docente, profesor de música, pianista, cantante profesional y productor. Integra la banda Buenas Noches Viena. Actualmente Consejero Escolar

 

Nestor Correa
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1 thought on “Good Show

  1. Muy interesante lo que planteás. Desde el comienzo de la pandemia que vengo, personalmente, haciendo todo lo posible para sostener la actividad pero sin dejar de observar todo lo que ya pasaba antes en nuestra profesión, mucho antes y progresivamente antes de la pandemia.
    Hay un factor que veo, no considerás y que creo también carcomió al sistema desde hace décadas: el arribo al escenario de aficionados y amateurs sin ningún tipo de formación, muchas veces (Lo agrego para sumar a tu lista, no como crítica a la misma)
    Para no herir susceptibilidades, aclaro que esto es no sólo en Capital Federal, sino también a nivel internacional.
    Y en cuanto a formarse, no me refiero a hacer una carrera universitaria, pero tampoco a subirse al escenario a los dos meses de haber empezado canto o guitarra, por citar un caso.
    Esos nuevos “artistas” fueron ocupando espacios y quitándoselos a los genuinos merecedores de los mismos.
    Mucho antes de la pandemia.
    Salute!!!

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