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Javier La Scaleia: “Haber jugado en Pehuajó fue hermoso; son recuerdos que quedan por siempre”

Javier La Scaleia dejó un grato recuerdo en las canchas de la zona. Su estirpe goleadora se extendió por el fútbol nuestro erigiendolo como uno de los delanteros más completos que jugó por estos lares. Campeón con Independiente de Mones Cazón, Atlético Carlos Casares y Defensores del Este, realizó hace un año en una entrevista para Lanza la bola deportes, un repaso por su rica trayectoria contada en goles.

 

¿Dónde arrancaste a jugar al fútbol y por qué?

Empecé a jugar desde chiquito. Creo que nací jugando a la pelota. Yo soy de Ramos Mejía y de chico comencé a jugar en un Club de baby fútbol que se llamaba Huracán de San Justo. Después en un amistoso que jugamos con Boca, tuve la suerte que les interesó como jugaba y arranqué de pre-novena a tercera división. En el año 93 jugué en la primera de Nueva Chicago. A fin de ese año, tuvimos la desgracia que falleció mi papá, que era la persona que me acompañaba a todos lados y ahí fue donde me dedique al trabajo. Después tuve un paso por el Club Social Liniers que estaba en la C. A fines del 96, surgió lo de Independiente de Mones Cazón.

¿Tuviste algún compañero en Boca que llegó a Primera?

La categoría 72, fue una categoría, donde no llegaron tantos jugadores de la mayoría de los clubes. Compañeros míos, nacido en ese año fue Aldo Paredes. De todos los 72 de Boca, el que hizo muy linda carrera. Después si, cuando no encontramos en edad de cuarta o reserva, compartí cancha con el “Vasco” Arruabarrena, con Néstor Hobbelgerg y “Pachi” Larroque. He tenido en contra al “Beto” Camps. Cristian Bassedas o a Hugo Morales. Tuve la suerte de jugar contra tremendos jugadores.

¿Siempre fuiste delantero?

Siempre delantero. Siempre pachorriento. (Risas) Otro puesto no probé. Ahora con el correr de los años y jugando con los amigos me retraso un poco.

¿Era complicado en esa época ser delantero? ¿Recibiste mucho?

Es complicado ser delantero. Es una posición dura. Decime cuando empecé a ir a Pehuajó, las de patada que recibí. Había cada nene. (Risas) Había que aguantar a los defensores.

 

¿Cuál fue la mejor que te dieron o la que más recordas?

Te soy honesto, no sé si hay una patada que me haya quedado grabada. Lo que, si recuerdo que cuando jugábamos en contra de Defensores, ¡“mamita”! Tenías que arrancar por la mitad de la cancha. Puff, era terrible. Arrancabas y te daba uno. Y si no te agarra ese, te agarraba el de al lado. No te daban respiro. (Risas). Los Del Valle, los Rivas. No te daba uno y el otro decía, déjame que lo atiendo yo. (Risas) Si no te la daba el 6, te pegaba el 2. Abajo, arriba, de costado. (Risas) En esa época jugando en Independiente, los defensores que tenía el “Defe”. Mamá, te daban para que guardes. (Risas)

Y después estuviste en Defensores….

Si, hermoso recuerdo. Te digo la verdad, tuve la suerte en el 99 de ser campeón con Independiente de Mones Cazón, en el 2001 ser campeón con Atlético Casares y el 2003 con Defensores. Fueron tres alegrías inmensas. Fui uno de los pocos, que siendo desde Buenos Aires, salió campeón con tres equipos diferentes.

¿Qué se siente al recordar todo esto a casi 20 años?

Estoy lejos de Pehuajó, pero por mi rubro tengo contacto con gente de allá y lo importante de todo esto, es haber dejado buenos recuerdos. Primero como persona y después como jugador de fútbol. En el 2003 fue una locura. Porque ya de tanto viajar y de dejar la familia tantos años los fines de semana, ya no quería saber más nada. Mi mujer me había aguantado demasiado Después de 2002 tenía decidido no ir más. Pero apareció el “Loco” Zurro. Para mí fue un adelantado. Un técnico que estaba más allá. Me llamó y me insistió. La verdad que me entusiasmo muchísimo saber que me iba a dirigir él. Un loco hermoso. Un motivador terrible. Armó un hermoso grupo y donde todos los chicos de Defensores me hicieron sentir muy cómodo. Además armó un equipo bárbaro. Además fue todo a pulmón y terminó de la mejor manera.

¿Qué anécdota te quedó con Pablo Zurro?

(Risas) Hay una que es muy buena. Creo que fue en el 2002. Se armó un equipo para jugar el Regional. Me llama y me dice que quería que sea parte del equipo. Yo fui con todo gusto. Esto es antes de que juegue en Defensores en el torneo local. Ese día le digo, yo puedo ir el domingo. Era un amistoso contra un equipo de Bragado o 9 de Julio. Me estaban esperando en la ruta, arriba de la combi ya listos para ir a jugar. Me acuerdo que llegó, donde me estaban esperando, me bajo, abre la puerta de la combi y uno de los chicos, que era de Defensores, le dice “Che loco pensar que hace un año atrás nos mandabas a cagarlo a patadas, que le peguemos por todos lados y ahora lo traes para jugar. Como cambia la historia” (Risas) Imagínate como explotó de risa esa combi. Las charlas de Pablo en el vestuario, cuando nos hablaba a los jugadores de forma individual y la charla motivadora era terrible. Un loco hermoso.

¿Sabes que Pablo Zurro es Intendente?

Si, lo sé. Trato de esta interiorizarme de la liga, ingresando a los diferentes portales. Con Pablo hable, cálculo hace tres años. Ahora es Intendente y debe estar muy ocupado con las cosas importantes de la ciudad. Sé que está alejado hasta del fútbol.

¿Quién era más insoportable para los defensores, vos o Ceferino Rivas?

Que pregunta. (Risas) Creo que es una pregunta más para defensores que nos tuvieron que aguantar. (Risas) Seguramente el más pesado de los dos era Ceferino, porque él era más gordo que yo. (Risas) No le digamos más gordo. Tenía más más masa muscular que yo. Entonces el más pesado debería ser él. Hablando en serio, era complicado aguantarnos a los dos. Era una delantera de peso.

Igual con el “Negro” Astudillo en 2001 eran insoportables…

Te soy honesto, tuve tan buenos compañeros jugando que es difícil olvidarse. Pero el “Negro” era un crack. Había jugadores en la liga que era magníficos. José Lamanna en Independiente de Mones Cazón, un tipo muy claro. Con el “Negro” en 2001 estábamos muy finos. Walter (Hernández) tenía muy claro a que quería jugar y como hacernos jugar. Además de Astudillo, me acuerdo de Ezequiel Pomar. “Pato “Gutiérrez en Independiente. Américo Delfino en Defensores, tenía un guante en el pie. Tuve la suerte de compartir equipo con jugadores que me facilitaban mi tarea.

Se te nota nostálgico… (Risas)

Son recuerdos que quedan para siempre. Siempre digo, jugué en Boca y Chicago y he viajado mucho. Pero haber ido para allá, fue hermoso. Me fue bien y he dejado buenos recuerdos. En los tres campeonatos que obtuvimos, cada equipo tenía su forma de jugar. Campana armó un equipo sólido en el 99. Lo de Casares fue una locura de Walter y de los dirigentes, querer meterse en la liga de Pehuajó. Fue una alegría enorme. Lo de Defensores fue algo hermoso. Como te dije anteriormente. Fue todo a pulmón. La gente lo lleva bien adentro. Y es como ustedes le han preguntado, si naciste en el barrio es imposible no ser de Defensores. Y es así.

¿Cómo era Walter Hernández?

Walter se fue muy joven y era un muy buen tipo. Un tipo que le encantaba el fútbol. Walter era un loco divino. Pero como todo loco, siempre un paso adelante. Así como Pablo. También, me llamó un día y yo no lo conocía. Me gustó el proyecto y se encaminó todo. En los tres equipos que tuve, dejamos buenos recuerdos. Tanto Independiente como Atlético, tienen un solo título y yo fui participe. En Defensores aporté mi granito de arena en 2003. Por eso, uno se pone contento de ser parte de la histórica de esto tres clubes.

¿Cómo recordas esos tres títulos?

Con Independiente la final que ganamos fue emocionante e increíble. Perdimos como local el partido de ida 4 a 2. Vamos a la revancha a la cancha de Defensores, donde hacia como local San Martín. La gente de San Martín tenía toda la fiesta armada para esa noche. Bueno, nada la ahogamos la fiesta. (Risas). Fuimos a un tercero y le ganamos. Ese título fue inesperado por cómo se dio la final. Fue un festejo hermoso. Nos llevaron en un camión de los bomberos. Con Defensores me tocó jugar la final con Independiente. Justo contra mi ex Club. Con Atlético fue diferente porque fue un reducido. Ese día faltando pocos minutos, salto a cabecear, choco mi ceja y me corto. Me abrí y largaba sangre. Me pusieron la gotita para que termine el partido. Me acuerdo que termina el partido y la doctora me llevo al hospital para cocerme. Me coció sin anestesia, sin nada, porque yo me quería ir a festejar. Una locura. (Risas) Los tres campeonatos me dejaron un recuerdo imborrable.

Para un chico que lea la nota y no te vio jugar. ¿Cómo jugaba Javier La Scaleia?

Que pregunta complicada que yo hable de mí. Siempre traté de adaptarme a lo que me pedían los entrenadores. Siempre tuve el arco entre ceja y ceja. A mí me gustaba hacer goles. No era un jugador de mucho sacrificio. Como todo goleador, lo que me daba alegría era hacer goles. Considero que tenía un buen cabezazo. Es complicado hablar de uno. Es una pregunta para alguien que me vio jugar esta. (Risas) Siempre trate de brindarme para el equipo.

¿Cuáles son los tres goles más importantes o más lindos en tu carrera?

El gol más lindo que recuerde jugando allá en la liga, fue en la final de local jugando para Independiente ante San Martín. Fue un gol de mitad de cancha. Ese fue el más lindo que hice, lejos. Como importantes, el que hice en Atlético Casares ante Deportivo el día que salimos campeones. El que hice en la revancha y la final con San Martín. Me dijiste tres y te di cuatro. (Risas) Pero todos los goles son importantes para llegar al objetivo.

Si tenes que armar tú 11 inicial con jugadores que te han tocado compartir equipo. ¿Cómo formaría el equipo de Javier La Scaleia?

e gusta complicarlas en las preguntas. (Risas) Jugué con muy buenos jugadores. Entonces, elegir a uno por encima de otro es complicado. Pero tuve unos pibes a los lados impresionantes. Hugo Tolosa iría al arco. Ni que decirte lo que es como arquero y como persona. Después…es un compromiso esto che. (Risas) Higuain, Cocco, Emilio Sánchez, Guillermo Ortellado. A mí me gusta mirar de la mitad de la cancha para adelante. Si, hay jugadores que no te podes olvidar y que te quedan. José Lamanna, Américo Delfino, Ezequiel Pomar, el “Manco” Astudillo. Son jugadores que te quedan. Cesar Lamanna y Javier Amoroso. En una pregunta difícil. En Atlético jugaban atrás, Longarini y Torgano. Eran dos animalitos. Pone los tres equipos campeones y listo. (Risas) Tuve rivales tremendos. Como el “Chato” Ferreyra de San Martín, el “Pato” Lamanna. Así podemos estar toda la tarde.

¿Te costó dejar de jugar?

No. Cuando decidí dejar de jugar en el 93, mi papá falleció en octubre, estaba en Chicago y ahí deje. Cuando fui allá, lo disfruté. Cuando se dio el campeonato con Defensores ya era el broche al ciclo. Fue muchos años, muchos fines de semanas. Dejando la familia. Siempre tuyo el apoyo de mi mujer. Siempre me acompaño en lo que a mí me gustaba. Me conoció jugando al fútbol. Ya tenía a mi hija y en el 2001 nació mi hijo, y yéndome los fines de semana estaba perdiendo momentos. No me costó y por suerte, despuntó el vicio acá. Los miércoles y los sábados jugamos seguro. Estamos esperando que pasé todo esto para volver. Seguimos jugando y seguimos haciendo goles. Mira, no sé si no bajo seis o siete kilos y no juego el año que viene en la liga. (Risas)

Si tenes que elegir a tres compañeros. Uno para hacer el asado, él otro para la música y el restante para la bebida. ¿A quién elegís?

Los seis años que fui para allá, siempre tuve buena relación con todos los chicos. Y en todos los lugares me trataron muy bien. Si tengo que elegir tres personas, elegiría a mis tres compañeros de viajes, Antes de ir para allá, éramos amigos. A Guillermo Cocco, a “Lalo” Higuain y “Maxi” Erreiro. Con este último, seguimos compartiendo fútbol y asados. Conocí mucha gente linda y divertida. Pero si tengo que elegir a tres, los elijo a ellos. Los tres están para las tres cosas. (Risas) Ninguno le diría que no.

¿Eran lindo los viajes?

Muy lindos. Con “Maxi” nos seguimos viendo. Con “Guille” y “Lalo” hace rato no nos vemos. Guille se fue a Mar del Plata y “Lalo” a Mendoza. Ahora estamos en contacto, porque se armó un grupo de whatsapp de Independiente campeón. Estaba bueno hacerlo en compañía, porque los viajes eran largos. La vuelta era peor. Porque llegábamos cansados y tarde. Una experiencia inolvidable. Como te decía, de todo, lo mejor que me tocó vivir con el fútbol. Lo mejor te diría. Más que los viajes con Boca y Chicago. Esto era llegar y ser re bien recibido. Me acuerdo en Independiente, teníamos a “Viky” y su esposa Norma, que tenían el buffet y se preocupaban para que no nos falte nada. Desde la comida hasta la ropa. Gente que te queda grabada. En Carlos Casares y en Defensores iba con mi cuñado, que era mi compañero de viaje. A veces iba mi hermano Gastón, que era chico. Íbamos a la casa de Martín Guerriero, donde los papás, Ana y “Vito” me trataban como un hijo más. Me daban una habitación sin problema. En Defensores, Guillermo Irrazabal me llamaba en la semana, para saber cómo estaba y si precisaba algo. Para mí, fue una alegría enorme y me dejaron grato recuerdos. Gente que dejaba cosa de ellos para que vos estés bien sin conocerte. Que te puedo decir.

¿Qué es el fútbol y los goles en tu vida?

Entre el fútbol y los goles, en el primer puesto pongo los goles. (Risas) Me encanta hacer goles. El fútbol es una pasión. Es un sentimiento. Es el deporte más lindo del mundo. Es hermoso poder jugar. Es increíble la sensación hacer un gol. Es única. Siempre voy a pensar que soy un jugador, eso se lleva en la sangre. (Nota publicada en Lanza la Bola deportes – Por Nicolas Pérez)

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