365 Pehuajó

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Pehuajó desde el aire, un espejo roto

Utilizando una figura idiomática para describir en el año 2000 la inundación, cuando recorríamos en helicóptero el partido y con gran sorpresa veíamos las inmensas masas de agua que afectaban el oeste de la provincia.

La superficie afectada por esos años llegó a las 2.000.000 de hectáreas y las pérdidas superaron los 700 millones de u$s.

La última inundación importante para el territorio bonaerense empezó a fines del año 2000, ya que en noviembre los suelos se hallaban saturados, lo que significa que su capacidad de absorción y almacenaje estaban en su límite y la altura de la napa freática a muy pequeña profundidad.

En el 2001 se observaron dos ciclos de inundaciones, uno a principios de año y otro a fines del mismo. En el mes de octubre estaban afectadas 2 000 000 ha provinciales y el fenómeno continuó y se agravó durante parte del 2002.

Leyendo a Florentino Ameghino en su libro las “Secas y las Inundaciones en la provincia de Buenos Aires” podemos inferir que los ciclos húmedos y extremadamente secos se repiten con frecuencia.

Los “Canales “decía Ameghino, solo son un mero paliativo para liberar los excesos hídricos de un amplía zona, deberíamos realizar canalizaciones cuyo ancho, haría costosísima la obra y con resultados de drenaje exiguos “.

Ameghino tenía en claro que drenar aguas dulces al mar era técnicamente un grave problema ya que “las secas “vendrían y las napas estarían bajas debido al drenaje de los canales.

Florentino ya hablaba de obras de regulación; de grandes reservorios y de la rectificación de los cauces de ríos y arroyos.

Enumera una serie de acciones como forestación, creación de pastizales; y sobre todo evitar tirar agua dulce al mar. Cubrir la llanura bonaerense de represas, estanques y lagunas.

Crear el plan más ambicioso de forestación a gran escala y permitir la creación de lagunas permanentes aumentando su capacidad de almacenamiento.

Expropiaciones de campos bajos y lagunas semipermanentes para la creación de reservorios en épocas de grandes lluvias.

Control integral del manejo de aguas por consorcios locales; regionales con participación municipal, provincial y nacional.

Al final del libro, dice:  Buenos Aires 18 de Mayo de 1884.

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