Una foto. Cien palabras


Es parte de un país que fue, y ya no es. Es testigo de vecinos y parroquianos de Aristimuño, y de los que transitan entre Francisco Madero y Juan José Paso por un camino vecinal. El viejo puente del Ferrocarril ve recorrer historias; recibe fotógrafos, ciclistas, runner, y desprende cientos de anécdotas. Alguna vez fue mucho más que hierro como parte de la escenografía de la llanura pampeana. Fue uno de los puentes que constituían uno de los ramales ferroviarios, que nació hace más de un siglo, y con el que se solidificó el crecimiento argentino.
Texto: 365 Pehuajó
Foto: Richard Bernal