De Carpinchos y otras irregularidades

La última gran apuesta, para atraer las miradas de los vecinos, no fue un anuncio sobre la inauguración de un centro tecnológico o una casa refugio para mujeres víctimas de violencia, tampoco se cortaron cintas en una sede universitaria ni en una nueva industria proveedora de empleo genuino para cientos de pehuajenses recién formados en innovación profesionalizante.

Quizás sea porque eso lleva muchos años de políticas públicas diseñadas a largo plazo, pero ni el Concejo Deliberante de Pehuajó sancionó una ordenanza que estructure o disponga programáticamente alguna de estas estrategias que funden un municipio moderno, integrado y pujante.

Cómo toda oferta electoral, se nos deslumbró con la incorporación al patrimonio municipal, a una Carpincha llamada Candela.

Para quienes desconocen los lineamientos de protección animal y tienen un triste prontuario sobre como abarcar programas de sanidad que lleven a una armoniosa convivencia entre vecinos y perros callejeros, han omitido y vulnerado las características propias de la especie del carpincho. Este Hydrochoerus hydrochaeris, habita en zonas costeras de río, arroyos, lagunas y bañados preferentemente zona de pastizales y arbustos donde encuentran refugio, muy distintos a los parques municipales en medio de centros urbanos donde familias enteras, jóvenes o abuelos pasean haciendo ejercicio o tomando un tiempo recreativo durante los días amigables.

Traer un Carpincho a nuestra ciudad, lejos de ser una propuesta positiva, resulta un atropello a la educación ambiental, a la ciencia de la naturaleza y al conocimiento sobre los ecosistemas, pero sobre todo una burla al intelecto de los pehuajenses.

Sólo un autócrata es capaz de vulnerar la autoestima de los ciudadanos considerándolos ignorantes y subestimando su inteligencia. Sólo un rey desnudo, es incapaz de empatizar con la realidad.

Pehuajó, necesita que el dinero público se invierta en infraestructura para producir, pero también para cubrir necesidades básicas como tener agua corriente y potable.  Necesitamos que todas aquellas promesas del 2011 sean un hecho y no una evasión.

Cómo toda oferta electoral, se nos deslumbró con la incorporación al patrimonio municipal, a una Carpincha llamada Candela.

Una administración transparente y participativa, hace consultas populares a través de mecanismos diseñados para que cada vecino pueda opinar y emitir propuestas que le mejoren su calidad de vida.

La angustia, la desesperanza o la ilusión de cada pehuajenses no se enmienda con la pobre carpincha.

Es tiempo de poder elegir, demos una oportunidad a quienes, con vocación de servicio, están dispuestos a trabajar Juntos, por menos animales sueltos.

Felicitas Beccar Varela – Abogada – Senadora Provincial