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Robo unas zapatillas, escapó y lo frenó un karateca

El reconocido deportista de las disciplinas de defensa personal de Pergamino, Eduardo Rocchi, intervino al ver una situación delictiva en la peatonal San Nicolás. Rocchi vio gente gritando y señalando a un sujeto que escapaba de un local de indumentaria deportiva de la galería del ex Hotel Roma.

Sin dudarlo interceptó el paso del sospechoso y con técnicas de defensa personal lo tomó del cuello, lo sentó y lo mantuvo reducido para recuperar los productos que había hurtado del comercio deportivo.

 

En diálogo con “El Tiempo de Pergamino” expresó: “Es un lamentable hecho, de los que son habituales en Argentina y no está exento Pergamino, para nada. Hemos vivido en carne propia o familiares robos y soy voluntario en ese sentido. También se como actuar. Vi gritos y gente corriendo e intervine. Advertí que nadie intervenía y me involucré. Se me dio por actuar: frenarlo, reducirlo y tratar de no golpearlo. Al conocer sobre determinadas técnicas de defensa personal en la llave que le practiqué traté de apretarlo un poco hasta que aflojó”.

 

El reconocido deportista tiene conocimiento de técnicas de contacto que utilizan las fuerzas de seguridad para reducir a sospechosos. “Llevo muchos años en esto de las arte de defensa personal y la gente me conoce. Por ahí no se trata de ser valiente hoy; sino simplemente cualquier ciudadano podría haberlo hecho de la misma manera. A lo mejor se como actuar sin comprometer ni golpear a nadie. Simplemente me encargué de mantener reducido a un chico que lamentablemente ha cometido ese hurto”.

 

Rocchi reconstruyó como fue el momento de estar frente al sospechoso: “lo frené con las manos arriba. Cuando quiso atacar o separarme lo tomé del cuello, lo giré y lo senté en una posición en la cual no le queda otra alternativa que relajarse y estar quieto porque sino no puede respirar. Le dije que se quede quieto, lo palpé de armas y lo tranquilicé. Además le pregunté si estaba solo y miré a los alrededores para determinar si no había algún cómplice que pudiera atacarme para salvarlo”.

Al pasar las horas tras la intervención reconoció en el sospechoso a una persona con carencias que no coincide con el perfil del delincuente común. “Es un pobre chico que al final terminó temblando que no me resultó una experiencia linda ni enriquecedora”.

Al intervenir en reducir al muchacho no sólo lo mantuvo inmovilizado sino que, además, controló la situación sin que otras personas hicieran justicia por mano propia. “Hubo personas que mientras lo mantuve reducido me instaron a que lo golpeara; pero yo me encargué de recuperar los productos que había hurtado y que intervenga la Policía”.

El carácter conciliador de Rocchi lo llevó a dialogar con el sospechoso para establecer un vínculo que tendiera a que no se generara una situación violenta. “Durante mi intervención le pregunté si estaba armado y me dijo que no; entonces me di cuenta que era un pobre chico”.

Al reflexionar sobre lo ocurrido no considera que el autor del hurto en el local de indumentarias deportivas sea un delincuente violento como los de las noticias de los medios nacionales. “A todos nos indigna lo que está pasando en el país por la delincuencia mucho más violenta que cometen episodios que son muy distintos a éste. Al no tener tiempo de ponerse violento lo único que tuve que hacer fue reducirlo sin necesidad de golpearlo”. (El Tiempo de Pergamino)

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