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Laura Eguren: “Estamos desprotegidos antes quienes tienen ´la lapicera´”

La trabajadora Laura Eguren que días atrás fue cesanteada en sus labores del programa provincial “Incluir Salud”, emitió un comunicado, donde entre otros puntos señaló y valoró el trabajo de sus ex compañeros de tareas “para que un programa vaciado e inexistente no explote del todo”. Laura Eguren, también expresó su agradecimiento a quienes la apoyaron y pidió que se entregue “la estabilidad laboral que se prometió, pero nunca se dio”, por parte del estado.  Eguren es la esposa de Pablo Lanik, líder de la bancada opositora en Pehuajó, por lo que desde Juntos por el Cambio se denunció que el despido correspondió a una “persecución política”.

 

Laura Eguren

“Creo que en todo este tiempo de manejar sola el programa Incluir Salud (ex Profe Salud) en los 12 partidos de la Región Sanitaria 2 con sede en Pehuajó hice lo posible para ayudar y solucionar los problemas con los que nos hemos encontrado.

Durante 14 años que se cumplen este mes de marzo mi objetivo fue hacer el trabajo para el que me contrataron de la mejor manera posible. Todos mis compañeros y yo estábamos trabajando para la provincia de Buenos Aires como contratados, una forma de trabajo en negro que se ve replicada en todas las áreas de la administración pública.

Contratación

Esta forma de contratación y la de beca de contingencia lo único que oculta es la inestabilidad que tenemos quienes estamos en esta situación. Somos empleados en negro. El primero de febrero, todos los trabajadores de Incluir Salud pasábamos a la contratación de beca y habiendo presentado la documentación unos días antes sorpresivamente la única que se desestimó fue la mía. La excusa, no doy el perfil.

 

“Sin trabajo por ser monotributista”

No tengo el título que la dirección de la Región Sanitaria pretende para mi puesto. Un trabajo que hice durante 14 años durante los cuales pasaron distintas administraciones de distintas ideologías políticas ahora no daba el perfil. De un día para el otro se me dejaba sin trabajo, en plena pandemia, porque como dijeron “soy una monotributista”.

Es decir que la relación de 14 años ininterrumpidos en este trabajo no cuenta como relación de dependencia laboral. Así descubrimos que los trabajadores monotributistas o becarios somos trabajadores de segunda o tercera o cuarta o vaya a saber qué. Ni siquiera nos corresponden los mismos derechos que el resto. Afuera sin indemnización, sin nada.

“Que vaya a la justicia porque este es un país libre” me contestaron. Tampoco sirve, como me dijo en comunicación telefónica la directora del programa, que sea buena en mi trabajo. Sólo importa lo que quiere una persona que nunca se molestó en preguntarme qué hacía, cómo lo hacía, qué ayuda podía prestarme, nada. Solo hola Lau y chau Lau. Una vez por semana. Con suerte.

 

Compañeros

Dejo este trabajo llevándome creo yo lo más importante: el cariño y el afecto de algunos de mis compañeros, de muchos beneficiarios que se comunicaron conmigo para solidarizarse, de muchos de los empleados de los municipios con quienes trabajé durante muchos años. A mis compañeros del programa que se cargaron al hombro la lucha para que no me echaran, sigan en la lucha. Porque esto le puede pasar a cualquiera. No importa lo bueno o malo que seas. Quedan a merced. Ojalá puedan lograr la estabilidad prometida tantas veces y nunca entregada.

Desprotegidos

Porque nos rompemos todos para que un programa vaciado e inexistente no explote del todo. Este tipo de prácticas no deben ser consideradas normales, en ningún lado. Esto que nos deja desprotegidos ante los que tienen “la lapicera” como me dijeron tampoco debe ser normal. No debemos acostumbrarnos a esto. Sepan que siempre voy a estar para lo que necesiten”.

 

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