365 Pehuajó

Tu portal de noticias.

Maternidad responsable

 

Las adicciones como el tabaco, alcohol u otras drogas pueden parecer algo no tan común en las embarazadas, pero la verdad es que en Argentina no es extraño ver a una embarazada fumando tabaco, ya que muchas veces la falta de ESI en los hogares o escuelas hace que, más que nada, las jóvenes no sepan sobre los cuidados y las sustancias que no se deberían consumir estando embarazada.

También hay ocasiones en que la persona sabe que es algo peligroso para su salud y la del embrión, pero por no poder lidiar con la abstinencia o no recibir la ayuda necesaria, deciden seguir consumiendo aun estando embarazadas.

La página web del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires informa que, si la embarazada consume alcohol en el embarazo, el bebé puede generar trastornos mentales como hiperactividad, problemas de memoria y aprendizaje, problemas de coordinación del cuerpo, el equilibrio y tono muscular deficiente. También, trastornos físicos como cabeza pequeña o problemas en el corazón, riñones y huesos

Las consecuencias negativas afectan tanto a la madre como a la criatura. Las madres pueden sufrir enfermedades respiratorias debido al tabaco, infecciones, anemia, puede afectar o disminuir la lactancia. Y en los casos de consumo de sustancias ilegales, pueden hasta generarles problemas mentales y emocionales.

El Colegio de Obstétricas de la Provincia de Buenos Aires dice que “las adicciones o el consumo de drogas durante el embarazo puede provocar un aborto, una mala formación en el feto, como inmadurez fetal o el síndrome de abstinencia en el recién nacido. Se debe destacar que los bebés pueden sufrir del Síndrome de Abstinencia Neonatal (SAN)”. El embrión se vuelve dependiente a la droga que consumió su madre durante la gestación.

Los problemas que pueden provocarles a la criatura no son solo físicas, también mentales o emocionales. Crecer en un ambiente de adicciones, principalmente adicciones a sustancias ilegales, a veces puede generar una falta de atención por parte de los padres hacia su hijo y esto podría afectar en su manera de relacionarse, generarle ansiedad o estrés, viéndose obligado a cuidar de ellos, llevándolo a madurar y actuar como adulto a temprana edad o en los peores de los casos, lo inducirá a las adicciones por crecer en un lugar donde esto está normalizado.

En una nota publicada en el portal La Voz del Interior de Córdoba cuenta una trabajadora social que en una ocasión atendió a una mujer de la comunidad gitana que consumía sustancias. El marido no lo hacía, pero lo aceptaba. “Tuve que pedir intervención de la Senaf porque era una comunidad muy cerrada y no podía hacer nada. La hija de 15 años cuidaba a la mamá para que no consumiera y, también, al bebé”.

Ser una persona adicta que también es madre o padre puede generar acusaciones, rechazo o humillaciones por parte de la sociedad, pero lo más importante es, sabiendo que es algo malo para la salud de los padres como el hijo, es importante buscar ayuda médica y psicológica para ambos.

 

Abril Tresen

6to D Comunicación

Prof: Marisa Bin

 

Fuentes de información:

https://buenosaires.gob.ar/

http://moodle.copba-cs.org.ar/

https://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/

Comparti esta nota

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *