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Consumismo y …¿Placer?

Muchos son los cambios de nuestro tiempo, no solo en el ámbito social, sino también en lo económico, lo político y lo individual. Estamos en medio de un proceso de transformaciones que dejan a un lado lo colectivo, para ser completamente individual, en una búsqueda constante por la libertad.

Cuando hablamos de la construcción de un nuevo modelo cultural, se presentan muchas dificultades ya que nos enfrentamos a una sociedad que presenta características de modelos anteriores, pero, también vemos características completamente nuevas, ¿una de ellas?, la individualización.

Es imposible hablar de esta nueva sociedad sin pensar en este proceso de individualización, si por algo nos caracterizamos las personas de esta época es por la capacidad de indiferencia frente al otro. Pensando en sociedades anteriores, una de las primeras diferencias que podemos notar con nuestra sociedad del siglo XXI es la idea de lo colectivo, en épocas anteriores la preocupación por el otro y por sus problemas que pasaban a convertirse en problemas de uno mismo, eran mucho mayores, la necesidad o la casi obligación de ayudar a el otro, la idea de lo colectivo para la lucha en conjunto por una sociedad más justa para los otros y para mí, para “nosotros”. Esto lo podemos observar en la popular serie “Anne with an E” en donde en varias ocasiones se presenta esta idea de lo colectivo como es en el episodio 7 de la Temporada 3, “Un gran esfuerzo del espíritu bondadoso” en donde los alumnos hacen un reclamo a las autoridades de su pueblo pidiendo por sus derechos, por la libertad de expresión.

En la actualidad, el “yo” predomina mientras que el “otro” desaparece, solo nos importa nuestra historia, satisfacer nuestros deseos. La idea del “nosotros” desaparece. Hoy solo vivimos el presente, el ahora, vivimos por el placer, como dijo Claudio Alvarez Terán en el texto “Transformaciones Culturales”, “Una vida sin placer ya no es considerada una vida recomendable, vivir sin ligereza se vuelve sinónimo de vida aburrida.”

Y si se preguntan ¿Cuáles son estos grandes placeres que guían nuestra vida diaria? Lo triste es responder, que en su mayoría estos deseos son materiales y es entonces cuando podemos comenzar a hablar del Hiperconsumismo.

Los ciudadanos del siglo XXI pasamos a ser consumidores, en esta época todo se considera en escala hiper, cuando hablamos de Hiperconsumismo nos referimos a una sociedad de consumidores que encuentra el placer consumiendo, comprando, el simple hecho de comprar nos satisface y cuando este sentimiento desaparece lo buscamos nuevamente, llevándonos a consumir a escala hiper sin una necesidad real más que sentir el placer que este acto nos produce.

A diferencia de épocas anteriores el consumo se daba solo en objetos necesarios ya sea para la subsistencia como para la mejora de la vida cotidiana como lo vemos en la serie Anne with an E, en donde solo compraban aquella comida que ellos no podían producir y otros objetos necesarios, como calzado (que adquirían cuando los que tenían ya no servían). Cualquier otra compra era un lujo que no todos se podían dar.

Pero, en la actualidad este consumo se da en cosas materiales sin importancia, objetos que no necesitamos realmente como pueden ser prendas de ropa en exceso, accesorios, etc. objetos que utilizamos en pos de “mejorar” nuestra apariencia ya que otra de las características de la sociedad hipermoderna es la aspiración a una belleza exterior establecida, valorizando lo superficial, la imagen exterior (individualismo). Esta belleza establecida pone su foco en la juventud, nuestra sociedad condena todo aquello que no es joven, es por esta razón que vende productos para rejuvenecer, prendas a la moda, maquillaje para tapar arrugas, etc.  ya que el paso del tiempo es una maldición en este siglo.

Frente a este mundo a la venta en donde el pasado no nos importa y el futuro es cosa de otro día, vivimos un presente en donde todo se puede, “todo es posible” y quien no lo logre es el único responsable de su fracaso. Esta es una idea moderna que plantea que las distintas situaciones de las personas son únicamente su responsabilidad, a la sociedad hipermoderna no le interesa si una persona, nacida en un barrio o familia pobre, marginados de la sociedad, excluidos, sin posibilidad de educación, en donde la mayoría de los niños y niñas deben salir a trabajar incluso antes de llegar a la adolescencia, abandonados completamente por el estado e ignorados por nosotros los ciudadanos, sin posibilidad de mejora para el futuro, su situación para la sociedad es únicamente su responsabilidad y  no es otra cosa que el resultado de sus decisiones, porque según esta sociedad “todo se puede”.

Ahora bien, ¿quién es la cara de esta sociedad hipermoderna?, sin duda no lo es la clase trabajadora, las personas aspiramos a una vida de placeres efímeros y materiales, idea de vida impuesta por las clases dominantes a la que no todos pueden llegar.

Entonces, cuando hablamos de una sociedad libre ¿realmente estamos hablando de nuestra sociedad?, no creo que lo que vivimos en el siglo XXI sea realmente libertad, a pesar de poder consumir lo que queramos cuando queramos, en la cantidad que queramos es muy importante plantearse si realmente somos libres o si estamos condicionados por ideas de vida que entran en nuestra cabeza desde que nacemos. A aquellos que controlan el mundo, esta sociedad cegada por el consumo, que no aspira a mas que lo material, que no se preocupan por nadie mas que si mismos, que olvida el pasado y no se preocupa por el futuro, es una sociedad que beneficia a poderosos y se olvida de la población trabajadora. ¿Realmente somo libres o seguimos siendo controlados a través de medios que nunca antes habíamos visto?

La idea del consumo como uno de los grandes placeres de la vida, lo material que nos completa y nos hace mejores no es mas que otra herramienta de control para que nos desviemos de lo que de verdad debería importarnos, la sociedad “avanza” dejando a muchos atrás, la brecha de desigualdad es cada vez mayor, pero todos estamos muy ocupados pensando en nuestra próxima compra y en nuestra belleza exterior.

“Si yo fuera el sistema cantaría de alegría, al ver tanta gente buena que no se aviva, que las marionetas son todas mías”- “El Sistema”, La Manos de Filippi.

 

Por Dalma Conde

Profesora : Marisa Bin
Materia : Transformaciones Socioculturales del SXXI
Curso : 6to D
Modalidad : Comunicación
Escuela : Secundaria 6 ( ex Nacional)

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